28 de abril de 2010

Oigo como se aleja el tren y, dentro de mí, es como si fuese mi propia vida la que se estuviera yendo... La gente dice adiós desde la ventanilla, casi todos parecen alegres y sólo dos o tres, los más importantes, lloran al alejarse de ti. Y tú... Tú mueves la mano diciendo hasta luego, como si esperases que volviese, y entonces notas como se llenan tus ojos de lágrimas, no querías que todo acabase así.
En realidad, yo no quiero acabar así, pero cada día que pasa siento como el mundo se me cae encima, como día a día pierdo las ganas de seguir luchando en una batalla perdida. ¿Y ahora qué? ¿Qué hay después de las batallas perdidas? Un paisaje desolador y algunos claros donde todo sigue verde, supongo... La vida es así, oscura y gris pero también multicolor, todo depende del lápiz con el que quieres pintarla.

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