Gracias por las conversaciones del día a día que me han enseñado a crecer por dentro, sé que van a seguir ayudándome, gracias por cada sonrisa que me has dedicado, gracias por cada abrazo con el que has demostrado que esto es irrompible, gracias por cada lágrima que has derramado al leer alguna tontería de esas que a veces me da por escribir para volver a decirte que te quiero, gracias por cada situación que ha marcado mi vida, por cada consejo, gracias por ser tú y estar a mi lado siempre. Tú allí, y yo aquí, pero habrá un minuto en que nuestros pensamientos coincidan y estemos pensando el uno en el otro.
Nunca sabremos por qué, pero siempre seguiremos juntos.
Ich liebe dich, Tortolo.