20 de noviembre de 2012

Estábamos todos sentados en la mesa. Costumbre típica de mi familia, como de cualquier otra familia, quedarse en la mesa al terminar la comida. Algunos días se habla de novedades, de noticias. Personalmente me gustan los días en los que se habla de recuerdos y notar la melancolía en las palabras de esas personas que han compartido mi vida. Recuerdan el pasado siempre como una sonrisa. La mirada de mi madre sonríe mientras su voz reproduce lo que tal día hice o dije cuando no levantaba ni medio palmo del suelo. Y los demás, yo incluida, sin saber de qué hablan, también dejan notar su alegría. Y después de esto el día se afronta de manera distinta. Un poco más positivo.

7 de noviembre de 2012


Siempre me decían: " Tú dale tiempo al tiempo, y algún día el tiempo te sorprenderá". Pero ese momento no llega. Las agujas del reloj de la pared siguen dando vueltas y nada ni nadie cambia alrededor. Igual sólo soy yo y mi forma de entender la vida, demasiado crítica; sin embargo, sigo sin verle la sonrisa: el mundo llora. Llora la pérdida de la humanidad.