27 de agosto de 2014


Querida yo a los dieciséis:
Ya sé que estás asustada. Ya sé que cada noche, cuando te vas a dormir, das vueltas hasta que ya no sientes lágrimas en las mejillas. Ya sé que no te gusta mirarte al espejo y que tiemblas solo con bajar la vista hacia tus piernas. Pero, ¿sabes una cosa? Ese miedo no se va a pasar. Pasarán los años y seguirás temiendo a la soledad, y seguirás llorando antes de dormir por muchas razones. El tiempo no va a cambiarlo. Lo que sí que pasará es que te darás cuenta de qué cosas son una tontería. Te darás cuenta de que nadie va a hacerte más daño del que te haces tú misma. Y quizá sigas odiando tus piernas, pero te darás cuenta de que amas tu sonrisa. Y los muslos te seguirán rozando, pero te embutirás en unos vaqueros y serás la reina de la fiesta.
Querida yo a los dieciséis, ya sé que te sientes sola. Ya sé que cada día te gustaría estar entre los brazos de algún chico que te ame y que tienes miedo de que ese chico nunca llegue, y que, por eso, te entregas al primero que pasa. Déjame decirte que el amor verdadero no aparece, que es algo que crece poco a poco dentro de ti. Déjame decirte que para encontrar a ese chico, pasarán muchos, pero que llegará y sabrá por qué tu color favorito es el verde. Sabrá lo de tu debilidad con los helados y el sitio exacto en el que tiene que tocarte para hacerte reír. Sabrá dónde se encuentran todas tus pecas y le gustarán absolutamente todas tus imperfecciones. Confía en mi cuando te digo que no confíes en ninguno que en un mes te prometa la luna y te diga te quiero. El amor lleva su tiempo, necesita madurar. Confía sólo en aquel chico con el que puedas ser tú misma. El amor verdadero es un secreto que sólo compartirás con esa persona, es un regalo en el que estás dispuesta a dar todo de ti porque es eso lo que quieres y no como una necesidad. Y lo encontrarás, seguro.
Ya sé que no tienes ni idea de lo que quieres y, créeme, el tiempo no te hará saberlo. Lo que sí te digo es que vas a disfrutar de todo lo que hagas, porque te darás cuenta de que sólo merece la pena vivir cuando disfrutas de todo lo que haces.
Querida yo a los dieciséis, es tu momento. Vive cada segundo como si fuera irrepetible, porque solo hoy es 27 de agosto de 2014 y por mucho que quieras nunca se va a repetir. Grita, salta, corre, aprende a volar riendo. Graba en tu cuerpo la frase que dice " unas veces se gana y otras se aprende", porque perder solo pierde quien quiere.
No te guardes nada dentro. A veces es mejor primero hablar y luego pensar, que tendrás mucho tiempo para pedir perdón cuando te equivoques. Con el tiempo aprenderás que las buenas personas siempre se quedan a tu lado, y que por muchos enfados que haya entre medias, si los superáis, es porque de verdad os queréis.
Querida yo a los dieciséis, quiérete. Quiérete porque vas a estar a tu lado toda tu vida y no sabes quién más te acompañará en ese camino. Y sonríe, sonríe siempre. Ningún inmaduro Peter Pan cambiará por ti, pero muchos pueden enamorarse de tu sonrisa. Sonríe cuando te hagan daño, porque esa es la mejor venganza. Sonreír te hará fuerte.
Querida yo a los dieciséis, confía en ti misma.